Trabajar durante el mes de Agosto



¿Puede haber algo peor que trabajar en Julio? ¿Con las empresas dándolo todo por el impuesto de sociedades, y con el cierre de Agosto pisándoles los talones? ¿Con media plantilla de vacaciones? ¿Y con el caloraco que aquí también hace y mola mucho, pero no para trabajar? ¿Puede haber algo peor insisto? Síii, ¡por supuesto! ¡¡trabajar en Agosto!! Y ya está aquí, ya llegó...

 Agosto, ese peazo de mes...donde el personal pasea por A Coruña como zombies, con sus vestiditos de verano y sus nikis+bermudas, mientras tú a la carrera sorteas sus cuerpos rumbosos para llegar a la notaría y volver a la ofi sin perder (mucho...) tiempo. La notaría, que tiene horario reducido, porque es Agosto. Y nosotros también lo tendremos, ¡qué caramba!,
hay luz...hay gente...¡¡Vilmaaaaa!!
fiestas patronales, ¡semana grande!...que tiene de grande que intentarás por todos los medios cumplir tu horario y no echar horas, como es habitual. Porque estar estaremos, a puerta cerrada pero estaremos, con lo que los clientes que no lo saben harán cola justo antes del cierre al público, y los que sí llamarán a la puerta tras el cierre al estilo Pedro Picapiedra porque estaremos dentro y, cual Vilma, abriremos, ¡qué remedio!


Trabajar en Agosto es un quiero y no puedo porque estar estás, pero no resuelves nada. Te planteas despejar la mesa, ordenar el archivo, ponerte al día con la normativa, incluso arreglar tus asuntos financieros ¡hasta revisar la nómina! Y te frustras porque no haces nada de nada ya que, como todos los años, el trabajo baja pero es enterito para ti y para otros dos con lo que sigues con el atasco crónico de siempre. Que pareces nueva coño.Todos los departamentos a los que llamas están igual, agobiados. Porque media plantilla está de vacaciones, porque la Seguridad Social, Hacienda, juzgados etc.etc. están missing total. Que estamos en Agosto, y son fechas muy malas, ya se sabe.

Y tus clientes están de vacaciones. Has echado el resto y sufrido lo indecible pero por fin acabó Julio (y tu salud). Todo está más o menos apuntalado hasta septiembre, por los pelos pero apuntalado y ahí estás, con tu ilusión por ordenar la mesa y organizar el archivo...ingenua. Los clientes de las demás oficinas también están de vacaciones...en A Coruña, una ciudad preciosa. Y ya que están vienen a verte, con su parsimonia vacacional y sus vestiditos y sus bermudas. Y que bien se está aquí oye, qué fresquito...y "mírame esto", "búscame lo otro", "acabo de firmar la hipoteca"
clientes veraneantes apalancaos en mi mesa
(barra el confirming,barra el descuento, barra la línea de avales, etc.etc...) "aprisa y corriendo en Madrid pero no me quedó claro, ¿me lo explicas tú, que ahora tengo tiempo...?"-ha firmado una póliza de crédito-"¿Ah sí? ¿y eso como va?" Esto en el mejor de los casos, ya en el plano surrealista las preguntas son: .¿sabes a qué horas pasa el autobús a nosedónde? (Esto es verídico. Una familia enterita entró a preguntarlo con sus sonrisas veraniegas puestas, como estábamos cerca de la estación de autobuses y son clientes nuestros....lo normal, vamos) Esto mientras los clientes estresados y con problemas "de verdad", que es tu responsabilidad resolver, esperan al otro lado del teléfono/ordenador a que al veraneante de la oficina se le enfríen las patatas fritas de la terraza. Y tú con el tic nervioso guiñando un ojo, a lo Millán Salcedo. Te queda el consuelo de saber que, con seguridad, tus clientes están haciendo lo propio en las oficinas de Cádiz, o de Canarias...mal de muchos, ya se sabe...

 Y que en el fondo-fondo lo que tienes es una envidia negra muuu grande, ya te gustaría a ti estar en modo parsimonioso de tiendas, por ejemplo, después de levantarte tarde y desayunar como una reina mora. En lugar de madrugar todos los días, cuando aún no han puesto las calles, para volar hacia la plantación de algodón a intentar sacar la cabeza del mar de marrones que tienes sobre la mesa antes de que el teléfono, los correos electrónicos, 
el de la manzana es mi amigo...buena gente
los compañeros y el público empiecen a atacarte por todos los flancos. Sin tregua, que para eso estais tú y otros dos, que es agosto y el resto están de vacaciones, you now...

 Porque si hay un mes de marrones ese es Agosto. Overbooking, sobredosis total de marrones, hasta los tengo clasificados:

 1-Marrones por las vacaciones de los compañeros, también llamados marrones heredados. A ser posible operaciones de financiación complicadas de clientes que no conoces, y urgentes, off course. Estos son los que más cabrean.

 2-Marrones por las vacaciones de los clientes. Las tarjetas, un clásico: que las roban, que se pierden, que se estropean, que no funcionan. Esto siempre en un país raruno, o en uno medio normal pero donde cristo perdió el gorro. La otra cara de la moneda es el cliente que esperó a las vacaciones para arreglar sus asuntos, y ahí está, con una semanita libre para solucionar los embolaos de todo el año.

 3-Marrones porque no sabes. Tú eres tú, divina de la muerte pero reconocélo, tienes tus carencias. Esto marrones-marrones no son, son historias normales de las que se encarga el que sabe pero como no está... ahí te ves, intentando resolver operativa de internacional por ejemplo, que en general ni flowers...Llamas al soporte pero el sustituto está como tú o peor porque el titular... adivina...¡síi! ¡también está de vacaciones!
 

 4-Los marrones acumulados, esos que vienen de atrás y que, ingenua de ti, dejaste más o menos aparcados para resolver en Agosto, que tendrás más tiempo (aquí unas risas en off).

 5-Marrones por falta de jefes. Que desde cuando tener al jefe de vacaciones es un problema diréis...pues desde que sólo él puede autorizar un asunto, desatascar otro, o se tiene que tramitar con su password...y estando de vacaciones el interfecto la suplantacion canta mucho. Estos también cabrean, por lo absurdo de la situación (y porque a ver cómo lo defiendes ante el cliente). También incluímos aquí marrones por horarios reducidos de organismos públicos, notarías, cierres de empresas en Agosto, etc,etc. Vamos, todos aquellos que no puedes resolver porque quién autoriza o aprueba está cerrado por vacaciones.

 A todo esto, la maquinaria sigue a velocidad de crucero, como si nada. Los planes de negocio deben cumplirse a rajatabla, y en el mundo feliz de los despachos donde se corta el bacalao el binomio plantilla+trabajo reducidos, si se planificó bien, permite el equilibrio ideal para continuar a toda potencia (y si no, es culpa tuya y listo). Con lo que la presión comercial es la mismitica de siempre. Y ahí andamos...

esto vale para cualquier mes, no sólo Agosto
 Pero debo confesar que el mayor problema de trabajar en Agosto es intentar acoplarse a las fiestas-jolgorio de los que sí están de vacaciones, que eso es malísimo para la salud. Tus ojeras llegan al suelo y tus niños, hartos de acostarse a horas indecentes y de cenar de tapas, están indomables. Hay que volver al redil. Lo cierto es que sólo desfasé una semanita y todavía no me he recuperado. Aunque fue en Julio...esa no cuenta.

 

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