Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2017

Máster en economía financiera: dos más dos son cuatro.

Imagen
 Un cliente sopesa pedir un préstamo de 10.000 euros para comprar un coche. Tras realizar los cálculos pertinentes facilito los primeros datos y me preparo para responder a las preguntas habituales: tipo de interés, comisión de apertura, estudio, coste de los seguros vinculados, etc.etc.

Veo brotes verdes...

Imagen
  Entra mi Moreno en la cocina mientras preparo la comida. Me incomoda porque no me gusta que estén en la cocina cuando se cocina, me parece muy peligroso y los echo siempre de ahí, manías que tiene una. Da igual: el Morenito tiene sed y, a gritos, me pide un vaso de agua que en cuanto se lo doy es vaciado a medias entre su gaznate y el suelo.   -¡Mía mamá! ¡¡ta mofado !!- sigue chillando mi gremlin como si no hubiese tenido nada que ver con el estropicio. Y anuncia -¡voy pola feona!   Regresa efectivamente con la fregona, no sin antes tropezar durante el trayecto con el palo en el quicio de la puerta y en veinte mil sitios más, cual Quijote contra los molinos gigantescos. Regresa como digo, y ni corto ni perezoso seca con dedicación profesional el charco de la cocina ante su estupefacta madre.  -Aaasí...¡mu mien!- se aprueba a si mismo mientras las pasadas fregoniles hacen desaparecer el agua. Luego lleva nuevamente la feona a su sitio no sin antes recibir un beso gordo de

Crónicas de una enferma crónica: migrañas, episodio I

Imagen
  Ayer veía por enésima vez (y van...) la peli Celda 211 . Comienza con la escena del suicidio en esa celda de un preso enfermo que no soporta más sus terribles dolores de cabeza. (Y hasta aquí voy a leer: tranquilos que si aún no la habeis visto no os he destripado nada). En medio de todos los acontecimientos que se sucederán es apenas una escena más, pero para los que como yo sufrimos de dolores de cabeza su tragedia en concreto es brutal: sin tratamiento, encerrado, solo, y con la frase "me duele la puta cabeza" rallada en las paredes de la celda una y otra vez como único alivio posible. En la película el preso padece de un tumor cerebral. Lo mío es infinitamente menos grave, son simples migrañas, pero la idea de cortarme la cabeza como alivio se me ha pasado alguna vez por la imaginación. Vale que me moriría, pero todos los tratamientos tienen efectos secundarios, ya se sabe...

En el parque Isabel la Católica de Gijón

Imagen
  Mañanita de sábado. Por obra y gracia del exceso de mocos y toses que pulularon por Estacasa son las ocho y aún duermen los nenes, cansados tras varias noches "reguleras". Lo cierto es que los microbios aún pululan, convidados por el padre de las criaturas esta vez pero él, pobre, poco cuenta. Abro un ojo incrédula ante lo que observo y me convenzo de que sí, que efectívamente...¡no se oye nada!. Y cierro el ojo rápido, no sea que se me escuche pestañear y la cague. Al rato la curiosidad me puede y vuelvo a abrirlo: hay luz a raudales colándose por todos lados y sin embargo el silencio sigue ahí, ¡es mágico!. Estoy por levantarme, mosqueada ya con tanta tranquilidad, pero entonces escucho abrir puertas y las pisadas de mis trotones, y mis ganas de levantarme se desvanecen con la misma velocidad a la que llegaron. Rezo para que el papá se haga cargo y efectívamente, se levanta él; debía estar tan mosqueado como yo con tanta paz raruna en Estacasa. Se van para "dejar

¡Volando voooy!... ¡volando vengo!

Imagen
pssst...¡aficionados!   Si con algo no contaba por el hecho de ser madre era con las carreras que me iba a pegar. Y no me refiero a perseguir a los peques, eso sí lo veía venir. Hablo de correr en general:  al médico, a la guarde/cole, al trabajo, a casa, aaaa... todo. Siempre corriendo. Siempre sudando. Siempre tarde.

Colaborando, que es gerundio

Imagen
  Como seguramente sabeis ya, el propósito último (y a veces el primero) de todo blogger que se precie es forrarse gracias a su criatura y vivir del cuento. Digo de rentas. O sí, digo bien del cuento, de contar cosas en definitiva, que es de lo que va esto. Soñamos con pegar el pelotazo padre, escribir, y retirarnos. Soñamos, insisto, que es gratis, es divertido y no hacemos mal a nadie. Y además es la salsa de la vida. Me pasma la cantidad de veces que leo obviedades del tipo "persigue tus sueños..." ¿Es que alguien necesita que se lo digan? Pero me voy por los cerros de Ubeda...

Carnaval, carnaval

Imagen
  Carnavaaaal, te quierooo...  Pues no. Lo cierto es que no. No soy nada carnavalera. Ni por tradición familiar, ni social, ni por iniciativa propia. Lo de disfrazarme no es para mi. Si se me reconoce me da una vergüenza terrible, y si no el disfraz me asfixia y me da calorón. Por no hablar de la pesadez de romperse la cabeza para ver cómo disfrazarse sin gastarse pasta...esto cuando era joven. Ahora que ando algo mejor de pecunio lo que no tengo es tiempo...ni ganas.