La operación pañal es una caca

 Un truño, una auténtica mierda. Queda claro, ¿no? Mi opinión digo.

 Mes de Julio, mi mayor a un mes de los 3 años y a dos meses del cole. Toca operación pañal o sí, o sí. 


 Lo de que presionar es contraproducente, lo de que hay que respetar los tiempos del niño...precioso todo, pero ¡ay!, llega el cole y hasta aquí el buenrrollito. Ahora toca operación pañal y no hay más que hablar. Y en eso estamos...o estábamos, porque cuando mi moreno ya entraba en la fase de hacer pis en el wáter y anunciar a bombo y platillo cualquier escape al grito de -¡¡sale pis!! ¡¡sale pis!!- (sea pis, caca, fumata blanca o dinero del cajero, que ya me gustaría...) justo ahora, digo, se me descompone. Una diarrea normalita de las que con pañal pasa sin pena ni gloria pero sin él...sin él...ayyyyyyy...Sin pañal la diarrea normalita puede llegar a causar un trauma...a la madre. Y no queda otra que dar marcha atrás. Un solo día de vuelta al pañal y mi rorro ya pasa ampliamente de sentarse en el wáter.  A la basura dos semanas de trabajo duro (y guarro), ¡mierda, mierda y mierda! y además de verdad...

 Me decían que las guarrindongadas de los nenes propios no daban asco. Debo ser especialita porque sí me dan, hasta el culo estoy de cacas, pises y mocos, p,a qué te digo que no...si sí. Hasta el culo sí, eso mismo.

 (...)

 Y en lo que escribía el post la pieza se me planta delante para anunciar "¡hago pi a wáter!", pañal en mano. ¡Ole mi mozo! No todo está perdido ¡Hay esperanza! Menos mal, ¡menos mal!, que ya me veía compartiendo pañales con ellos en unos (...pocos) años.

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