"Adeus ríos, adeus fontes, adeus regatos pequenos...


 ... adeus vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos..."

Déjenme que tire de Rosalía de Castro, porque aparte de venirme al pelo para el tema de hoy sirve para añadir el toque cultureta al blog, ¡que buena falta le hace!


 Tengo un grupo guasap en el que estamos cuatro mujeres. Nos unen lazos cuasifamiliares y el grupo se activa y desactiva como el guadiana en las épocas vacacionales, para organizar las quedadas y demás sararos. Somos tres coruñesas y una madrileña. De las coruñesas una vive desde hace un montón de años en Madrid, otra se mudó a la capital hace relativamente poco y la tercera en discordia, o sea yo, está a puntito de hacer la maleta pues pedí el traslado para reunirnos con mi santo, y parece que por fin se hará realidad en breve. La madrileña sin embargo reside en A Coruña desde hace la tira, que ya manda webs. Sí, es correcto, las coruñesas para afuera y la madrileña para Coruña.¿Los motivos de tal desatino?: el amor y/o el trabajo, nada original en realidad. Lo original es "la maldición" del grupo guasap, somos de culo inquieto, se ve.


 Tras conocer que por fin tenía vía libre al traslado, caí en la cuenta de que este grupo está formado por expatriadas. Bueeno...vaaaale...admito que es un poco drástico el término pero es que es muy descriptivo y no me pude reprimir. Ninguna elegimos este destino en realidad, más bien la vida nos lo puso delante y le dijimos "sí". Cada una lo ha tomado con distinto ánimo, con aceptación siempre pero ya digo, con diferente estado de ánimo. Y lo cierto es que el mío ahora es pelín morriñento, esa es la verdad.



la ría...ya casi río

 Expatriarse es...un poquito triste, para mi al menos. Mi vida familiar está fuera de aquí pero dejar mi hogar me da "cosita". Me gusta mucho el sitio donde vivo, esa es la cuestión: la ría, sus parques, sus cisnes, sus cielazos infinitos de todos los colores...todo me gusta. Y cuando digo todo es todo: desde el cementerio pequeño y antiguo que veo desde mi ventana, hasta los aviones que surcan el cielo en ángulos impresionantes, despegando o aterrizando. Cuando compré el piso me pareció que su ruido no molestaba y así fue: no solo no me molesta en absoluto sino que el tráfico de aviones sobrevolando la ría acercándose y alejándose forma parte del espectáculo. Tras mis ventanas veo el mar brillando bajo el sol y las copas verdes de los árboles. ¿Me acostumbraré a vivir en un sitio donde al mirar por la ventana sólo veré otro edificio? ¡Qué remedio!... y qué penita.

Detalle del paseo marítimo
 Me pregunto qué hará mi Rubio ahora, con lo feliz que es apañando margaritas, culete en pompa. Y mi Moreno, coleccionando palos; y si son de los plagados de hojas secas que al arrastrar hacen ruido, doblemente feliz. Y yo misma, que soñaba con el día en que pudiese volver a caminar a buen ritmo por el paseo marítimo con mi música y mis pensamientos, como hice practicamente a diario los últimos años hasta que nacieron mis hijos
Detalle del parque. Al fondo, el paseo marítimo

 Nos vamos a una ciudad muy parecida a A Coruña. Allí mi nivel de estrés se reducirá enormemente porque tendré la compañía de mi hombre y el apoyo familiar que aquí me falta, ni que decir tiene que mi calidad de vida se disparará. Un trabajo estresante + dos casi bebés para mi solita es demasiado, y desde luego una parte importante de mi no ve el momento. De hecho, mientras era misión imposible soñaba con que ocurriese. Y muchas despedidas de mi santo se hicieron especialmente difíciles. Es complicado a veces llevar toda la carga de la crianza sumada a la de la vida habitual, que no se aligera por el hecho de tener hijos, y me vi superada en alguna ocasión. Sueño con el momento de ser una familia "completa" y sin embargo ahora, que si nada se tuerce ocurrirá en breve, dejo mi casita y me ataca la morriña. 

vista desde mi ventana
  Sé que para una de mis queridas expatriadas el cambio fue algo complicado. Ella dirá que no, que los motivos eran otros; excusas todo, estoy convencida de que ser mi vecina de paraíso fue la razón por la que "emigrar" a los madriles se le hiciese un poco cuesta arriba. A mi me pasa igual nena, al menos tú verás patitos en el Manzanares, ¿o ya no hay? 


 Eeeen fins... dejaré mi casa, como el resto de las guasaperas, para construir una nueva fuera de Galicia. Y se abre un mundo de posibilidades que me apetece mucho explorar. Pero es una caca de la vaca que la vida siempre se cobre algo a cambio de lo que te da. Llamadme acaparadora, pero lo quiero todo y no puede ser, lástima.

P.D: habrán observado que he puesto fotos, ¡el tuneo del blog progresa adecuadamente!. Por si no fuese lo bastante evidente a juzgar por su factura cutrecilla aclaro que son todas caseras, hechas con móvil corriente, y por la que suscribe. El original es, qué voy a decirles que no haya dicho ya, ¡infinitamente mejor!.
 


Comentarios

  1. Precioso relato. Un saludo de un gallego también alejado, que siempre soñará com volver

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    1. ¡Muchas gracias!, estuve hace poco en O Temple y me emocionó revivir mi vida con mis bebés, en un entorno tan bonito.

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