Mi niño no habla bien



-Es muy pequeño aún, ya hablará...

-¡Pero si habla un montón! Y se le le entiende, él se hace entender que es lo que importa...

-Cada niño lleva su ritmo..

-El niño avanza. Lo preocupante es cuando se estancan o retroceden, eso es peor, eso indica que algo va mal...

-Pues yo lo veo fenomenal, fulanito hablaba mucho peor a su edad y ¡míralo ahora!

-Hablar no habla muy allá pero ¡mira como canta/deletrea/recita números/lo bien que ve, etc.etc.!

-Cuando te ponga la cabeza como un bombo ya me contarás...

-Te estás obsesionando un poco con el tema, ¿no? 

Esto me decían contínuamente. Nadie le daba importancia salvo yo. Y lo que es peor, ni siquiera dentro de la pareja encontré apoyo. Discutimos a menudo y hubo enfados, le explicaba mi preocupación, mi sospecha de que algo no iba bien pero se enfadaba conmigo, le parecía que estaba exagerando y poniéndome en lo peor. El niño era feliz, espabilado, muy despistado y con mal genio igual que sus padres pero nada más, simplemente avanzaba más lento en lo que a hablar se refiere. 

 Aceptó llevarlo a un logopeda porque "mal no le va a hacer" y porque así me contentaba, pero no veía la necesidad. Y acude desde que cumplió tres años...

 Afortunadamente.

 Ahora, con un diagnóstico sobre la mesa, una madre triste agradece al papá su empeño, que no cejase, que discutiese. Porque gracias a su inteligencia el nene recibe desde hace tiempo la atención profesional que hoy tenemos que redoblar. Porque todos nos dicen la suerte que hemos tenido de empezar con logopedia tan pronto aún sin diagnóstico. Y porque él sí supo ver lo que nadie más en el entorno del nene vio.

  
 Ni siquiera su madre.

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