Sexo, carnavales y cintas de colores




 Os juro que no me invento nada: esto que os cuento ahora es un relato exacto de las peripecias carnavalísticas de ayer y hoy, cien por cien basadas en hechos reales. Si me leéis me creeréis lo sé, más que nada porque no podría inventarme algo así ni aunque estuviese discurriendo un año entero. Immmmpóssibol.

 Un año más asistimos al follón carnavalero de la escuela: un despliegue de ingenio para poner a funcionar al alumnado del cole más superpoblado de Gijón en un rectángulo cuya capacidad se mide por pisos, con instrucciones precisas sobre subir por la escalera "A" a las 10:45, hora zulú, mientras otra clase baja por la escalera "B" a representar su actuación sobre el escenario, frente a las gradas "C" y "D" ocupadas por las familias de los rorros de las 10:45, mientras que las de los anteriores hacen mutis por la puerta "E", al tiempo que las familias de los que actúan a las 11:30 acceden por la puerta "F" para vestir a los de infantil, que actúan a las 12:15. Supernormal.

 No tuve que esforzarme mucho en comprender lo que tenía que hacer: como no podremos ir ni el padre ni yo a mis dos artistas los vestirán las profes. Porque no sé lo que pasaría si tuviese que estudiarme el correo con las instrucciones, palabrita. Todo mi reconocimiento al profesorado del cole, y no es coña en absoluto. Y que conste que siento en el alma no poder ver a mis rorros en el escenario: como siempre, serán los únicos niños pequeños que no tendrán ni a un abuelito mirándolos, a veces hasta a mi se me encoge un poquito el corazón. Pero este no es el tema de hoy...



 Sigo. El caso es que los de infantil deben llevar disfraz de animalito de la selva. En principio muy fácil: tenemos el disfraz de jirafa del año pasado con lo que sólo habría que comprar otro. Con mi habitual cutrez unida a la falta de tiempo crónica valoro si adjudicar al otro crío el viejo disfraz de gallo, que puede ser un animal tan salvaje como el que más, o cambiarle el nombre por "dinosaurio de cresta roja" y santas pascuas. Por un momento di el tema por resuelto, forzando al límite el concepto "animal de la selva" (¿gallo? ¿dinosaurio?) pero finalmente me avergüenzo de mi misma y opto por alcanzar siquiera el peldaño de malamadre de manual, pero madre al fin y al cabo y tirar p,al chino, off course! A agenciarme dos disfraces. Porque eso sí lo tenía claro: no podía aparecer en casa con un solo disfraz nuevo.


 (Nota mental: la primera idea era la buena, a tener en cuenta para otra vez...)

 Aquí entra en escena la verdadera heroína de esta historia: ¡la dependienta del chino!. Una muchacha espabilada, trabajadora y con una sonrisa perenne en la cara. Soy comercial desde hace muchos años y no puedo evitar pasar por el "escáner" a todos los vendedores, de lo que sea, es deformación profesional. Y esta chavala es de lo mejorcito. No es china, pero sí una comercial nata: bien dispuesta, cordial, inteligente y rápida. Y con una paciencia infinita. Una joya. En mi primera visita rápidamente se puso manos a la obra y me propuso disfraces que me podían gustar o no, pero encajaban con lo que necesitaba y en las tallas correctas. Enseguida selecciono uno de elefante, feliz porque es de los animales favoritos del Rubio, pero para el Moreno surgen dudas porque o no hay talla o son más feos que pifio...Mi salvadora me enseña uno de lobo, con sus fauces abiertas, sus dientes y su garras y me decido porque pienso que a mis nenes les encantará. No es de la selva, pero es "asimilable" Y me los llevo. Voy encantada con el elefante y muy insegura con el lobo, pero allá que voy... 

 Ilusa...

 Llego a casa y les pruebo los disfraces en medio de un jolgorio absoluto - ¡un lobo! ¡un elepante! - la fiesta estaba asegurada. El lobo quedaba bastante apañado, con sus orejas tiesas y su bocaza fiera pero el elefanteee ...¡ay el elefante!...No sé como serán los elefantes en China, o mejor dicho en los documentales de La 2 de China ...digamos que para un chino la trompa de un elefante se parece más al apéndice de un paisano cualquiera ... y no hablo de la nariz. Visualizad una capucha de la que sobresale una "trompa" pequeñita, tiesa y ligeramente curvada hacia arriba rematada por una especie de bolita. Imaginadla sobre la frente de un angelote de tres añitos, al que encima le queda grande y se le cae continuamente sobre los ojos. Y ya para rematar ved a esa inocente criatura saltar feliz con su disfraz de...elefante...mientras la "trompa" en cuestión le golpea la carita cual badajo. Que no se sabe si es un nene disfrazado o una novia en su despedida de soltera. Y yo mirando a mi niño con cara de pena, más cortada que yo que sé...

 Total, que sin saber muy bien qué hacer el porculerismo genético de mis hijos me dió la puntilla. Por culpa de los zapatos del disfraz de lobo el Rubio la lió parda: quería los suyos, los del elepante, que no traía zapatos. Ahí se arrancó mi tenor con su consabida bocina antiaérea exigiendo unos papatos como el lobo del Moreno y, de repente, el disfraz de elefante cayó en desgracia. El lobo molaba más, porque traía zapatos. Así que me lo llevo de la manita al chino para cambiar el disfraz porno por otro lobo. Los dos disfrazados iguales, raro de narices pero menos raro que el disfraz de elefante desde luego.

 Y aquí llega nuevamente la chica de la tienda para darlo todo esta vez. Porque el Rubio se portó de pena: lo toqueteó todo, se escapó por los pasillos, practicó el lanzamiento de zapato, berreó...un desastre. Todo mientras la buena muchacha y yo buscábamos una alternativa porque el lobo dichoso estaba agotado, junto con otras opciones razonables que teníamos el día anterior. Sí, en solo un día. Agotado todo. Increíble. Ni el león-fregona, ni el del mono que parecía extraterrestre, ni el tigre que parecía un gato. Cero, nada. Quedaban tallas de oveja, de cerdito y de pikachu. Lo tenía crudo. Valoramos alternativas tipo careta más peluca etc. pero con el Rubio en modo muñeco diabólico era difícil concentrarse y pensar. La dependienta se afanaba en buscar plan "b" a la vez que lidiaba con mi estrés y con la energía mal canalizada del peque, mientras reía abiertamente escuchando algún comentario mío sobre los disfraces. Y ya a punto de llevarme uno de tortuga ninja cutresalchichera con el que nos expulsarían del cole fijo la buena mujer apareció con el plan "zeta", una alternativa peregrina, pero apañada: un disfraz de unicornio. Sí amigos, deben de estar de moda o algo porque había varios disfraces de unicornios, incluso para adultos, en rosa y en azul...

 -¿Qué te parece?-dice con su suave acento centroamericano- a lo mejor lo puedes "colar" como un rinoceronte...


¿Unicornio por rinoceronte? Hummm...

 -Pueess...un poco traído por los pelos pero...mejor que la tortuga ninja, que no viene a cuento y es feíta con ganas...y el cuerno parece ...¡un cuerno!, ¡sí,todo un punto a favor!

 Se lo mostramos empaquetado al terremoto quien suelta grititos de emoción - ¡un dinodonte mami! ¡me uta! - Mira que no tiene zapatos, luego no protestes!- ¡dinodonte mami, tero dinodonte, groarrrr! Así que me decido, admitimos unicornio como animal de la selva, dejamos atrás al elefante stripper y vamos para casa. Ni se lo pruebo, tuve bastante estrés carnavalero por un día. 

 Todo esto, ayer.

 Pero hoy me vengo arriba y valoro si hacer un cuernito de goma eva gris sujeto con cintas para que se lo ponga en la nariz, como si fuese la de un payaso. O en la frente, o en los dos sitios, si lo aguantase. Con cintas igual sí, que le aprietan menos, y puedo incluso coserlas a la capucha. Pienso en volver al chino que tenía cintas de colores muy chulas y con esas felices ideas en la mollera, al llegar del trabajo los disfrazo, el Moreno con su lobo y el Rubio con su "rinoceronte-unicornio". Pero lo peor estaba por llegar: resultó que ni rinoceronte ni ostt...no me digáis por qué pero mi chiquilín, al igual que su hermano, reconoció al unicornio en cuanto se lo pusimos. Su felicidad solo era equiparable al llanto del Moreno: ni lobo ni gaitas, el disfraz molón ahora por el que chillar y pelearse era el de unicornio, un animal del que jamás hemos hablado en casa pero fuera evidentemente sí. El unicornio era lo más de lo más, pero el problema no es que sólo hubiese uno: es que mis niños pronuncian fatal y en su idioma unicornio se dice miconio...Yo, blanca, intento volver al plan inicial -es un rinoceronte Rubito- no mami, no é dinodonte, ¡é un "miconio"!

 Miconio...

 Decidlo rápido por favor, una, dos, tres ...trescientas veces. Cantadlo, porque es que el bicho de los coj...¡tiene una canción! : micooonio, micooonio... Venga, con vocecita de tres añitos preguntad: mamá, ¿te gusta "miconio"? Mia miconio, qué chulo! Poneos delante del espejo y repetid felices mientras ladeáis la cabeza al compás: ¡micooonio, micooonio!

 Y pongo miconio porque me da nosequé escribir lo que realmente oigo, ¡que es micoño!, ¡coño!. ¡Que mi tesorito va por ahí berreando que es un micoño! ¿¿Pero por qué me pasan estas cosas a mi, por qué?? ¿¿Por qué no puedo tener un carnaval normal??

Yo, superando el tema disfraces

 Al rato tiramos para la clase de logopedia del Moreno. Le cuento la jugada a la logo, quien entre risas promete trabajar en el tema y así lo hace, consiguiendo que a la salida el Morenito diga uni-conio, con pausa dramática enmedio pero algo es algo. El Rubio es una causa perdida. Lo visualizo, ¡a mi niño!, con sus mofletes comestibles y sus ojazos de angelote hablando a gritos de "su conio" por toda la clase y siento que me da una lipotimia.

 Aún no sé qué haré. Tienen fiesta de disfraces del ampa el jueves por la tarde y la actuación el viernes por la mañana. Pero desde luego el Rubio irá disfrazado de gallo o de jirafa. De unicornio ¡ni hablar!, que no me sale a mi ...del monio.
  




Comentarios

  1. Voy a confesarte algo, ahora que nadie me oye: en el fondo-fondo a mi también me gustan las manualidades. Si tuviese espacio, tiempo, muebles y estanterias, asistenta y unos nenes más tranquilos sería la reina del pegamento, las pinturas y la goma eva. De hecho, acabo de apuntarme a una página de feisbuk de manualidades para nenes, una que montaron otras blogueras
    . Pero no se lo digas a nadie ¡que tengo una reputación de pasota que mantener! Beso gordo

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  2. He encontrado ahora mismo tu blog y tengo que decirte que es un espacio encantador, me ha entusiasmado todo, asi que para no perderme ninguna entrada me hago seguidora ahora mismo!!
    Te invito a dar una vuelta por mi rinconcito, espero que tambien te guste!!
    Un Saludo

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    1. Ooooh! Gracias Dezazu, tu comentario sí que es encantador! Me pasaré por tu rinconcito, claro que sí!

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